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sábado, 10 de enero de 2015

Dostoyevsky y su ruptura con Belinsky

Dostoyevsky y su ruptura con Bielinsky

por Ximena Krasnaya


La fama de Dostoyevsky, a pesar de sus detractores y para dicha de sus admiradores, crece a medida que pasa el tiempo, a diferencia de otros clásicos que parecieran haber muerto. Es posible que se deba en parte a los complejos argumentos de sus novelas, su increíble análisis psicológico (realizado un siglo antes de las teorías de Freud), y a sus personajes torturados por dudas existenciales. Esto no deja de llamar la atención, si observamos las preferencias de los lectores de hoy, cuyos gustos parecieran limitarse a las redes sociales, juegos de internet o cuando mucho a libros como "Harry Potter".  Bien, nos alegra, parece que no todo está perdido; significa que aún existen soñadores que disfrutan de los autores clásicos.
Para los psiquiatras Dostoyevsky es una auténtica mina de oro y un maestro. En sus novelas describe la vida interior del ser humano de manera magnífica, con una profundidad que abisma, y lo hace sirviéndose de sus propias fantasías. Su interés por penetrar en la mente de sus criaturas es lo que lo hace tan único.
Hace unos días quien escribe estas líneas veía la película soviética "26 días en la vida de Dostoyevsky", que describe cómo el autor moscovita escribió "El jugador", obra que transcurre en Baden-Baden. El libro narra una típica historia de amor y los desencuentros entre dos jóvenes amantes -la caprichosa Polina y Alexéi, su paciente enamorado. Sin embargo, la fascinación que el juego ejerce sobre el despechado Alexéi es tanto o más fuerte que el deseo por seducir a su amada, quien se muestra con él tan esquiva como la caprichosa ruleta. Alexéi sufre tanto al arriesgar su dinero en las mesas de juego como cuando piensa en que Polina no lo ama y sólo está jugando con él. Dostoyevsky hace en esta obra un interesante análisis mental de los padecimientos que experimenta el protagonista.
Por internet hoy en día se puede leer "Los hermanos Karamázov", considerada por muchos de sus biógrafos y seguidores como su obra cumbre. Hace un mes Clarin publicó una carta de Dostoyevsky a su hermano Mijaíl, donde narra su abortado fusilamiento. En fin, ya sean sus obras, ya sea su vida misma, Dostoyevsky no deja de ser atracción constante para editores, biógrafos, críticos o lectores.
Ahora nos referiremos al punto central que dio el nombre a este artículo, pregunta que nos hacemos desde hace años, al leer sobre su vida.
Visarión Grigoróvich Bielinski era el zar de las letras rusas de aquellos tiempos, fue él quien descubrió a Dostoyevsky a los 24 años, e hizo de ese muchacho desconocido, pobre y solitario el niño mimado de los salones literarios de San Petersburgo. Ocurrió después de que leyera el manuscrito de "Pobres gentes", su primera novela, con la cual quedó fascinado y llegó a compararlo con Gógol, ídolo de aquellos años. ¿Por qué el novel escritor rompió con el célebre y todopoderoso crítico al poco tiempo de conocerse y hacerse amigos? ¿Por qué se alejó de quien había sido tan generoso con él al reconocer su talento, cubriéndolo de alabanzas? ¿Acaso no comprendía que necesitaba de un amigo con palabra autorizada para el futuro de su carrera literaria? En todos los países y en todas las épocas los artistas, en especial cuando recién comienzan, sufren terribles dificultades, humillaciones e incomprensión al enfrentarse a la sociedad. Por ello se muestran agradecidos si alguna personalidad les presta su ayuda. Dostoyevsky recién hacía su ingreso al mundo literario. Su segundo libro "El doble", aparecido casi inmediatamente después, no tuvo el mismo éxito y fue muy mal recibido por la prensa. Bielinsky, además, ejercía en la juventud y en los medios intelectuales del país una extraordinaria influencia. Entonces, ¿por qué ese muchacho de timidez enfermiza decidió darle la espalda al crítico más respetado de su tiempo? Bielinsky era respetado por todos, y no había escritor que no le rindiera culto, puesto que no sólo los mediocres dependían de su opinión para alcanzar la gloria que tanto soñaban.
Son incontables los biógrafos de Dostoyevsky; sin embargo sólo su segunda esposa, Anna Grigórievna Snítkina, es quien en su libro "Dostoyevsky, mi marido" da una luz para encontrar una respuesta a nuestro interrogante. Todos los estudiosos, inclusive su hija Liubov, pasaron por alto ese hecho tan importante en la juventud del autor ruso, y si lo tocaron fue muy de pasada, sin reflexionar debidamente en un suceso que siempre podía revelarnos mucho más que la simple anécdota. Un suceso que es sin duda significativo, ya que refleja la honestidad artística del joven Fiódor Mijáilovich, quien prefería luchar con su pobreza en solitario que aceptar la protección de cualesquiera personalidad influyente, sin importarle que esa independencia le acarreara sacrificios, dificultades y enemigos. Recordemos una vez más, que Dostoyevsky entonces era un principiante como escritor. Su actitud hacia Belinsky, ¿fue en realidad inexplicable? ¿Fue sólo ingratitud? ¿O en su separación hubo algo más profundo? ¿Es probable que el motivo principal tuviera origen en divergencias políticas, puntos de vista antagónicos en materia de moral o de religión, sabiendo que Bielinsky era un declarado socialista?
El ensayista y traductor español Augusto Vidal dice que "el novelista no podía perdonar las burlas casi sacrílegas del crítico", aunque reconoce que Bielinsky era una personalidad demasiado importante en aquella época para que Dostoyevsky lo desestimara. Leonid Grossman, ruso, al igual que el autor de "Los hermanos Karamázov", da a entender en su biografía que el distanciamiento entre ambos tuvo motivos puramente estéticos. Grossman dice que para Bielinsky primaba antes la misión, el mensaje, el contenido social, doctrinario, subversivo y revolucionario; el estilo para él ocupaba un lugar secundario, la literatura era un medio destinado a la acción. Dostoyevsky por el contrario pensaba, al igual que su admirado Schiller, que el artista debe proponerse ante todo la búsqueda de la belleza y que, si la obtenía, elevaba la condición humana y servía a sus semejantes. Es decir lo que hoy se llama "el arte por el arte". Para Bielinsky, por el contrario, como socialista que era, no debe existir el arte puro. Recordemos que "Pobres gentes" está fuertemente influenciada por Gógol, con su descripción de las clases humildes, y Belinsky llegó a pensar que con Dostoyevsky surgía en Rusia un nuevo defensor de la justicia social.
Sin embargo, no fueron los puntos de vista opuestos en relación a la estética lo que los desunió. La verdadera causa que llevó a Dostoyevsky a alejarse definitivamente de su descubridor y tutor literario fue considerablemente más profunda y encierra un gran significado. Es importante decir esto para entender el pensamiento filosófico del gran escritor ruso. De allí viene lo interesante que sobre el caso afirma Anna Grigórievna en el libro que mencionamos anteriormente. pero antes vamos a decir algunas palabras sobre quien fue la abnegada segunda esposa del autor, luego de la muerte de la primera, María Dmitrevna.
Dostoyevsky contrató a Anna Grigorevna Snítkina como taquígrafa para escribir "El jugador", y así salvarse de las garras del editor Stellovsky. El primer día que llegó Anna al hogar del escritor, el 4 de octubre de 1866, Dostoyevsky le contó angustiado, la urgencia que tenía en redactar su novela, debía entregar el manuscrito en el plazo perentorio de un mes, ya que había firmado un contrato que lo ataba con su editor para toda la vida si no lo cumplía. Una vez que hubieron terminado el trabajo, Dostoyevsky le pidió a Anna ser su esposa y ésta aceptó. Convertida ya en su mujer pasó a ser su paciente y fiel colaboradora, a la vez que una muy ordenada y hábil administradora de los intereses del tímido y enfermizo, pero gigante de las letras, quien se veía obligado a ser un eterno fugitivo de una jauría de acreedores, que sin piedad lo persiguió casi hasta el final de sus días, mientras él daba vida a esos extraños, inolvidables y sufridos personajes suyos: Raskolnikov, Myshkin, Nastasia, Dmitry, Grúshenka... Anna en sus memorias expresa desde las primeras páginas la enorme admiración que sentía hacia su marido y su infinito amor, a pesar de la diferencia de edad -ella tenía sólo 21 años y él 45- y de la terrible enfermedad que sufría Fiodor Mijáilovich, epilepsia, además de la pobreza que tuvo que sufrir a su lado. En este diario ella cuenta muchos aspectos personales no revelados por ningún biógrafo. Por vivir a su lado, lo conoció mejor, más intimamente, y escuchó de él anécdotas de su vida antes de conocerse, sin contar con la opinión que le merecía cualquiera de sus colegas, con quienes tenía a veces acaloradas discusiones. Su esposa, entonces, aporta una excelente ayuda para entender qué es lo que ocurrió entre él y el famoso crítico. Pero también André Gide nos ofrece una valiosa opinión. En un muy interesante estudio acerca de la correspondencia de nuestro autor, dice: "A Dostoyevsky las cuestiones políticas le parecían mucho menos importantes que los problemas de orden social, y éstos a su vez, menos importantes que las cuestiones morales e individuales". Veamos ahora lo que dice Anna Grigorievna en su libro "Dostoyevsky, mi marido", refiriéndose a Belinsky, en la página 88: "Fiodor Mijáilovich escribió en su "Diario de un escritor" alabando su inteligencia de exégeta; le estaba muy reconocido por el impulso que había recibido de él, pero no le podía perdonar la crítica a sus sentimientos religiosos, de los que Visarión se había burlado." A nuestro parecer es aquí donde se puede encontrar la clave de la que podría ser una o la principal causa de la ruptura entre ambos.
Ahora bien, si nos atenemos a lo que afirma Anna y vemos con atención el contenido de la obra dostoyevskiana, no es aventurado pensar que para el novelista ruso la búsqueda de Dios, los problemas religiosos, constituyen el punto central de su obra literaria. Es por esa misma causa que sus personajes viven en una constante y desesperante angustia, el inocente Myshkin, la prostituta Sonia, el estudiante asesino Raskolnikov, el ateo Iván, el místico Aliosha, el enigmático Stravoguin, Shatov... Todos ellos son buena prueba de ello. Es el mismo Dostoyevsky quien dice refiriéndose a "Los hermanos Karamázov": "El tema principal que perseguiré en esta obra es el mismo que he sufrido consciente e inconscientemente durante toda mi vida: la existencia de Dios". Vemos entonces que a nada el moscovita le asignaba mayor importancia como a este tema.
Significa que, más que a diferencias de orden estético, como da a entender Grossman, fueron sin duda conflictos de orden religioso los que llevaron a la separación del novelista principiante con el famoso crítico. Por otra parte, el mismo Dostoyevsky nos ayuda a comprender su auténtico pensamiento, en una entrevista que dio en 1854: "Soy hijo de este siglo, hijo de la incredulidad y de la duda. Lo soy y lo seré hasta el día de mi muerte. Cuantas torturas atroces me ha costado y me cuesta todavía esta sed de creer que tengo, que es tanto más poderosa en mi alma, cuanto más vivos son en mí los argumentos contrarios."
Para el autor ruso existía un valor absoluto e inmutable, Dios. Es por eso que todos sus personajes se ven atormentados más que por sufrimientos de la carne, por sufrimientos del espíritu. Bielinsky, en cambio era ateo.
Tal como dice Anna Grigórievna, su marido se refiere en su "Diario de un escritor" a la opinión que le merecía Bielinsky, y a las ideas de éste en un interesantísimo ensayo titulado "Gente de antaño", escrito en 1873, muchos años después de la muerte del famoso crítico literario, quien falleció de tuberculosis en 1848: "Bielinsky era una personalidad no reflectiva, sino entusiasta hasta el olvido de sí mismo. Mi primera novela "Pobres gentes" le entusiasmó; entonces, en los primeros días de nuestro encuentro, al tomar cariño por mí, se lanzó con la premura más ingenua, a confirmarme en su religión. Le he encontrado socialista apasionado, que comenzó su enseñanza conmigo directamente por el ateísmo. La Internacional hace dos años , en una de sus proclamas, empezó directamente por declarar: "Ante todo somos una sociedad atea". Bielinsky como socialista que era tenía ante todo que derrumbar el cristianismo; sabía que la revolución tenía ante todo que empezar por el ateísmo. Tenía que destruir la religión de la cual salieron las bases morales de la sociedad, que él invalidaba. negaba la familia, la propiedad, la responsabilidad moral y personal del hombre. Bielinsky debía destruir la doctrina de Cristo, declarándola altruismo falso e inculto, condenado por la ciencia contemporánea y por los principios económicos. Me estremezco, me decía, pues cada vez que le hablo así de Cristo, su cara cambia de aspecto, parece que quisiera llorar..., pero créame, hombre ingenuo, que si su Cristo hubiera nacido en nuestro tiempo, habría sido un hombre de lo más ordinario e imperceptible. Se habría quedado en las sombras, delante de la ciencia de hoy en día y de los propulsores actuales de la humanidad."
Así es como llegamos al verdadero motivo de la ruptura de una amistad que duró apenas dos años. Dostoyevsky cuando se sintió seguro de sí mismo, y a pesar de su juventud, se dio cuenta que no necesitaba del apoyo de ningún crítico literario, por prestigioso que fuera, si éste lo alejaba de sus creencias y trataba con sus ideas ateas de apartarlo de su fe religiosa. Y tal como dijimos en un principio, es su propia esposa y el mismo Dostoyevsky quienes lo afirman.

                                                                                 Ximena Krasnaya

Buenos Aires, 10 de enero de 2014

Bibliografía:
Snitkina (Dostoyevskaya), A. G. "Dostoyevsky, mi marido"
Vidal, A. "Dostoyevsky"
André Gide, "Correspondencia de Dostoyevsky"
Dostoyevsky, F. M. "Pobres gentes"; "El jugador"; "Diario de un escritor"
Grossman, L. P. "Dostoevsky: A Biography his life and work"
www.filosofia.org: Belinsky Visarion

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