¿POR QUE LOS KURDOS RENUNCIAN A SU ESTADO?
Maxim
Lebski
Traducción al español: Ximena Krásnaya
¿Fracasarán turcos, árabes y kurdos en la nueva etapa de su desarrollo cultural?Definitivamente no se puede responder a esta pregunta
15 de enero de 2016
Si el Estado-nación es Dios caminando sobre la Tierra,
entonces
el nacionalismo es la religión –
secular
–
,
el culto a ese Dios en la Tierra.
Abdullah
Öcalan
La pregunta en el título del artículo puede causar confusión a algunos lectores. El movimiento de liberación nacional kurdo está estrechamente vinculado en la mente de la sociedad con el objetivo de construir la condición de un Estado-nación. Hasta un cierto momento histórico esto correspondía con la realidad. Los dos principales partidos políticos kurdos – el Partido Democrático de Kurdistán y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) –, aspiraban a crear un estado kurdo independiente, aunque lo presentaban de diferentes maneras: el PDK de forma burgués democrática y el PKK de una manera socialista.
Una
especie de Rubicón para los kurdos fue el período de finales de los
años 90 y principios de los 2000. Después de la caída del régimen
de Saddam Hussein se desarrolla activamente un proceso de
construcción del Estado kurdo en el norte de Irak y un acercamiento
de la dirección del Kurdistán iraquí, área autónoma kurda, con
Estados Unidos y Turquía.
A
finales de los 90 el PKK entró en un período de reforma interna.
Encontrándose en una prisión turca, Abdullah
Öcalan
llegó a la conclusión sobre la necesidad de replantear toda la
experiencia acumulada del partido revolucionario. Él escribió: “La
principal fuente de defectos y errores, surgidos en la ideología y
las prácticas del PKK en los primeros días de su nacimiento y
actividad, está vinculado a la comprensión de un Estado y a los
métodos de uso de la fuerza”.
Como
respuesta a los llamados de su época, Öcalan
ha escrito
varios libros estando en la cárcel; en primer lugar su "Civilización
democrática", en cinco tomos. En las páginas de estas obras el
líder kurdo ofrece una alternativa democrática a la sociedad
burguesa moderna.
Tomen
en sus manos un mapa del Cercano Oriente. Podemos ver en él una
multitud de diferentes estados; pero dirijan su atención hacia las
fronteras de Egipto, Siria e Irak. En muchos lugares hay líneas
rectas. Esto se debe a que todos estos estados son fragmentos del
Imperio Otomano, creados por los países europeos como resultado de
la Primera Guerra Mundial, en 1918, cuando bajo la línea dibujada
por un lápiz europeo se dividió el Cercano Oriente. En esta
repartición, Inglaterra se queda con Irak y Palestina y Francia con
Siria y el Líbano. Junto con el hecho de que el Estado no tenía
plena independencia política, había otro problema grave. Estamos
hablando de pueblos que fueron divididos por fronteras artificiales.
Las principales víctimas del nuevo reparto imperialista del Cercano
Oriente fueron los kurdos y los árabes.
El
primer intento a gran escala para cambiar este mapa europeo del
Cercano Oriente fue de Gamal Abdel Nasser, creando a finales de los
año 50 la RAU (República Árabe Unida). Este proyecto tenía que
incluir al menos dos estados: Egipto y Siria. En el futuro se
discutió un proyecto de ampliación de la federación tomando en
cuenta la unión con Irak. Sin embargo, la RAU no parecía ser una
estructura estatal muy fuerte. Ya en 1961, los oficiales sirios
intentan un golpe de estado socavando la unión sirio-egipcia. Como
ha señalado el mayor experto soviético en política del Cercano
Oriente, Yevgeny Primakov, “Impacta críticamente en el objetivo
las diferencias que existen entre los países árabes y toma ventaja
nuevamente el nacionalismo, pero esta vez en forma de un 'país' …
Vencieron los nacionalistas sirios, quienes consideraban que el
Egipto de Nasser hace de Siria un apéndice suyo y nada más”.
El
proyecto panárabe se derrumbó porque es una unidad puramente
mecánica, que no va acompañada de una profunda transformación
política y socioeconómica en la vida de una serie de países
árabes; lo que llevó a un desarrollo desigual de las distintas
regiones del “mundo árabe".
La
segunda prueba global de cambiar la existencia en el equilibrio de
poderes existentes en el Cercano Oriente fue un intento de los
kurdos. Los combatientes del Partido de los Trabajadores de
Kurdistán, en Turquía y los del partido de la “Unión
Democrática”, en Siria, luchan no contra políticos concretos en
uno u otro país; están luchando contra los dispositivos
imperialistas de toda la región. Mientras tanto, la segunda mitad
del siglo XX fue el momento de la colisión de dos tendencias
políticas: el nacionalismo árabe y el kurdo. En los años 70 las
autoridades iraníes lograron sofocar el movimiento de Mustafá
Barzani, en el territorio del Kurdistán iraquí; sin embargo, hubo
un segundo aliento, esta vez de su hijo Masud, con el inicio de la
Guerra del Golfo en 1990.
El
derrocamiento del régimen de Saddam Hussein en 2003 fue una gran
victoria para el Partido Democrático de Kurdistán. Los partidarios
de Barzani pudieron comenzar a construir los cimientos de un Estado.
En poco tiempo fueron creados Gobierno y Parlamento de la autonomía
kurda en Irak, fuerzas armadas y Universidad. La hora "X"
para el Kurdistán iraquí se produjo en 2014, cuando el movimiento
yihadista, desde hace mucho tiempo en la clandestinidad, declaró en
voz alta la creación del Estado Islámico. Desde la toma de la
ciudad de Mosul por yihadistas, donde viven 2 millones y medio de
personas, los kurdos se encontraban en la parte frontal del frente
contra las fuerzas agresoras. En agosto de 2014 la amenaza se cierne
sobre la población kurda-yazida de la ciudad de Shangal. En esta
situación crítica bajo el control del Partido Democrático de
Kurdistán, las fuerzas de peshmerga se retiraron, dejando en la
estacada a miles de personas inocentes. Este fue un día de vergüenza
para Masud Barzani, si no fuera por la ayuda oportuna de las tropas
del Partido de los Trabajadores, todos los yazidis habrían sido
reducidos por los islamistas.
Durante
la lucha de los kurdos contra los yihadistas en Shangal, surgió una
organización militar de los yazidis – las Fuerzas de defensa de
Shangal –. Ellas consistían en un lugar de kurdos-yazidis, que
esperaban desesperadamente ayuda de la peshmerga, tomando en sus
manos las armas para defenderse a sí mismos y a sus familias.
Barzani reaccionó muy penosamente a las aspiraciones de los
habitantes de Shangal de crear un autogobierno y sus fuerzas armadas.
La
causa de tal reacción es que la creación de las Fuerzas de Defensa
de Shangal socavarían el monopolio del clan Barzani en el poder de
la parte iraquí del Kurdistán. Por eso Masud Barzani ordenó
arrestar en abril de 2015 al líder de las Fuerzas de Defensa de
Shangal, Haydar Shesho.
En
noviembre de 2015 comenzó la operación para liberar Shangal. En
ella formaron parte las Fuerzas populares de autodefenza (PKK), las
Fuerzas de Defensa de Shangal
y la peshmerga. Un rol fundamental fue interpretado por el PKK, como
los grupos armados kurdos más capaces. Sin embargo el PDK, en las
páginas bajo control de los medios de comunicación, se otorgó la
victoria a sí mismo siendo ésto una mentira consciente.
De
acuerdo con estimaciones de Masud Barzani, la peshmerga perdió en
las batallas contra el EI (Estado Islámico) 800 personas y 4 mil
fueron heridas. Entre los muertos habían 10 generales de brigada.
Vale la pena recordar qué recursos tiene ahora la región autónoma
kurda. En primer lugar, la autonomía kurda recibe el 17% de los
fondos del presupuesto central iraquí; en segundo lugar, recibe
dinero obtenido de la comercialización de petróleo crudo. En las
filas de la peshmerga hay cerca de 70 mil personas. Después de la
caída de Saddam Hussein, Masud Barzani recibió una ayuda de varios
millones de dólares de los Estados Unidos. La peshmerga fue
abastecida con armas de Estados Unidos, Francia, Alemania, Canadá,
Hungría y la República Checa. Y a pesar de tales recursos, las
fuerzas Peshmerga han demostrado su incapacidad para proteger a los
kurdos del Estado Islámico.
Masud
Barzani es un fiel aliado de Turquía y EEUU. Turquía ocupa el
primer lugar en el comercio exterior de la República Autónoma Kurda
(7 mil millones de dólares). En la época de las elecciones al
Parlamento turco – verano de 2015 –, Masud Barzani apoyó al
Partido “Justicia y Desarrollo”. Esto se refleja en el hecho de
que Barzani invitó a los líderes de las tribus kurdas de Turquía y
les instó a votar por el partido de Erdogán. Anteriormente, en
2013, Barzani firmó un acuerdo con Ankara sobre entregas a Turquía
de petróleo iraquí. Él también apoyó el bombardeo a las
posiciones de los rebeldes kurdos en Siria, que llevó a cabo la
Fuerza Aérea de Turquía en el verano de 2015. Masud Barzani dijo
que "el liderazgo de Kurdistán del Sur está siempre dispuesto
a apoyar a Turquía en la lucha contra el terrorismo, del cual él no
procede: el EI o el PKK”.
El
objetivo principal del PDK es la preservación de la autonomía kurda
en poder del clan Barzani. La vida y el bienestar de la población
kurda no representan un gran valor para esta fuerza política. El
ejemplo de la región autónoma kurda en el Kurdistán iraquí
demostró que el estado no será una panacea para los kurdos. Con su
política hacia Rozhava (Kurdistán Occidental. N.de la T), y las
acciones en Shangal, el PDK ha demostrado que hace tiempo agotó su
potencial revolucionario y emancipador de los años 60. Llegó la
hora de otras fuerzas políticas kurdas en la cara del PKK y del
Partido de la Unión Democrática.
¿Cuál
es la alternativa de Estado que propone Abdullah
Öcalan?
Es
importante entender que los países con población kurda (Irak,
Siria, Turquía, Irán) durante el siglo XX trataron de poner en
práctica una estrategia para crear un estado unitario monoétnico,
donde el fundamento subyacente de “nación única” estaba formada
por turcos, árabes y persas; en consecuencia, los kurdos y otros
pueblos que no pertenecen a la nación-estado, son “elementos
extraños”. Son kurdos aturquezados y arabizados. Habiendo
analizado cuidadosamente la historia del Cercano Oriente, Öcalan
llegó a la conclusión de que la manera de construir un
Estado-nación en las realidades regionales existentes es un callejón
sin salida. El Estado-nación en la medida en que no se declare en
voz alta su democracia, en virtud de su naturaleza de clase, inhibe
la auto-organización de base.
La
creación de un Estado kurdo dependiente y controlado, siguiendo el
ejemplo de la región autónoma Kurda en Irak, obligaría a los
kurdos como siempre a encontrarse en el vector dispositivo del
Cercano Oriente imperalista. Öcalan escribe: “Las formas
regionales del Estado-nación no son sólo un producto de la
hegemonía capitalista de Europa, sino también una fuerte distorsión
de la historia social.”
La
alternativa para el sistema de Estados-nación separados y en
disputa, es un Cercano Oriente único organizado en la forma de
Confederación democrática de los pueblos del Cercano Oriente. Esta
unión ocurrirá no como medida de coerción impuesta desde fuera (un
ejemplo negativo de esto es la creación norteamericana de la
Federación de Irak), sino como un acto voluntario de la unión. “La
Confederación se basa en la política democrática. En contraste con
el sistema de gestión del Estado-nación burocrático con su rígida
centralización y la relación de consentimiento, la Confederación
aplica el principio de la autogestión de la sociedad a través de la
autoexpresión de las entidades políticas”.
Ninguna
de las partes del conflicto sirio, con excepción de los kurdos,
tiene una plataforma política real y constructiva, la cual podría
ser la base para el fin de la guerra civil y la construcción
posguerra de la sociedad siria. Debemos desechar la idea errónea
según la cual los kurdos están comprometidos en la tarea de crear
una autonomía sólo para sí. El PKK y el Partido de la Unión
Democrática ya hace tiempo salieron de este marco político
limitado. El proyecto de Abdullah Öcalan es un Cercano Oriente
moderno unido que salga de la etapa del incesante odio nacional y
religioso.
El
líder kurdo escribe: “Se debe prestar atención preferentemente a
la unidad democrática del Kurdistán con todos los países. La
fragmentación por la que fue derramada sangre durante siglos, como
se ve en los ejemplos europeos, se convierte en una asociación
voluntaria sobre la base federal. Resulta que la fragmentación
empuja diariamente a la irreversibilidad de la asociación en una
variedad de formas. Debido a muchas causas de la realidad del
Kurdistán, es imprescindible dictar la unidad democrática. Una
unión democrática, incluso si su naturaleza es limitada, puede
traer mucha más utilidad y proporcionará muchas más posibilidades
que un Kurdistán aislado. En la esfera estratégica, económica,
diplomática y cultural se convertirá en un catalizador para la
democratización y la amistad en todo el Oriente Medio”.
En
el camino a su realización, las ideas de Öcalan encontrarán
obstáculos serios. Y no deben ser subestimados. Los pueblos del
Cercano Oriente durante siglos han vivido en sistemas muy rígidos de
jerarquía política. A la cabeza de la pirámide social se
encontraba el monarca o dictador, quien tenía autoridad suprema
sobre todas las instituciones públicas. Los regímenes dictatoriales
incitaban deliberadamente el odio nacional y religioso, en términos
de fuerza arbitraria en una guerra de todos contra todos. La
“Primavera Árabe” barrió o debilitó significativamente los
regímenes gobernantes en muchos países, asignando responsabilidad
histórica para el futuro del Cercano Oriente para la gente común.
La dictadura acostumbró al pueblo a una cierta pasividad. No tiene
experiencia en la auto-organización y la cultura.
¿Fracasarán
turcos, árabes y kurdos en la nueva etapa de su desarrollo cultural?
Definitivamente no se puede responder a esta pregunta. Sin embargo,
en el intento de crear una autonomía democrática en Turquía y
Siria, los kurdos ya han entrado en una nueva página gloriosa en la
historia del movimiento de liberación mundial.
Maxim
Lebski
Traducción:
Ximena
Neira Oehrens (Krásnaya)
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